Nirint Shipping B.V.: Fuentes Vitales (versión en español)

Una charla con un fan incondicional del Feyenoord y de Bruce Springsteen. Fluye por sí misma y hace la vida sin sobresaltos, como las aguas costeras discurriendo de la Bahía de la Habana cuando el sol se pone y la gente está disfrutando de una copa de ron Santiago de Cuba. A un simple cerrar de ojos uno ya siente de cerca el sonido de Dos Gardenias del Buena Vista Social Club, aunque esté en la oficina de Nirint Shipping. En Barendrecht, Países Bajos.

‘Hennie, fue el 5 de enero de 2018. La última vez que mi padre estuvo en De Kuip. Habíamos tomado un café en De Brasserie, mi hermano pagaba la cuenta. Cuando mi hermano le ayudaba a mi padre a ponerse el abrigo, el barman notaba que mi padre no se sentía bien. “Tiene Alzheimer”, le dije, “esta es la última vez que está en De Kuip. Luego, le llevaremos a una institución asistencial y el pobre no se da cuenta de nada.” El barman preguntó si queríamos ver una última vez el campo junto con mi padre. A través del puente de cristal del edificio Maasgebouw caminamos a un business unit. Este fue tu palco Hennie… justo en la línea de medio campo…’

La habitación de Hennie se vuelve silenciosa.

‘Hombre, eso no lo sabía yo’, dice Hennie, y vuelve a guardar silencio.

Padres. Hijos. Feyenoord. Bruce Springsteen. Róterdam. Cuba… Fuentes vitales.

‘Mi padre nació en el 1903. Tenía 22 años más que mi madre, su segunda mujer, de la que estaba locamente enamorado. Dejó todo con su ex y poco después de la segunda guerra mundial empezó de nuevo junto con mi madre. Eran muy trabajadores los dos. Mi padre tenía una empresa de carpintería y mi madre ganaba un poco extra como limpiadora. No teníamos mucho, aunque nunca nos faltaba de nada a mi hermana  y mí. Si necesitaba botas de fútbol nuevas, las obtenía. “No se lo digas a tu madre aún”, mi padre decía, “escóndelas primero por un tiempo…”

El responsable de la educación de Hennie y su amor por fuente vital Feyenoord se llama Henk Huigen. Con un guiño generoso llama a su padre el primer hooligan de Feyenoord:

‘Si alguien dijera algo malo de Coen, le daba en los morros jajaja. No lo aguantaba. Coen era su gran héroe. El 6 de mayo de 1970 estuvo allí. En Milán. Cuando ganábamos la Copa de Europa. Contra el Celtic. Fue solo. En tren. Todavía hoy le veo volver a casa, dos días más tarde. Con una sonrisa como si él mismo hubiera ganado la Copa. Tan alegre. Tan orgulloso. Nunca olvidaré esa cara. Un mes después tuvo su primer derrame cerebral y dos años más tarde falleció. Tenía 69 años. Yo tenía catorce.’

El adolescente Hennie no es exactamente un alumno ejemplar. No le interesa nada. En su opinión tiene una vida sin perspectiva, la cual enfrenta en el campo de fútbol. Hennie resultó tener talento.

‘Llegué hasta la primera de Neptunus y Xerxes: dos grandes potencias del fútbol amateur de Róterdam de los años setenta y ochenta. Fui centrocampista, número diez. Era una época feliz y una escuela muy dura. La jerarquía era mucho más estricta que hoy por hoy. Como mocoso de diecisiete años sabías cuál era tu sitio en el vestuario. En el primer entrenamiento me senté accidentalmente en la silla del capitán. Sin decir palabra echó sin más mi bolsa y ropa en la ducha. Así es como era entonces. Durísimo. Pero una vez que habías conquistado tu sitio…’

Cuando tenía diecinueve años, Hennie tenía un empleo modesto en Incotrans. Lleva una vida sin preocupaciones, aunque aburrida, según dice el mismo. Le gusta la cerveza, pero no se considera un juerguista notorio. No tiene pareja fija. Y su padre… pues, echa de menos a la mano de su padre para dirigirle en la dirección adecuada. Un viaje a Estados Unidos, a primera vista intrascendente, inintencionada e involuntariamente da un vuelco decisivo a su vida:

‘En el 1976 fui de vacaciones a Florida con un amigo. Como aficionados del fútbol, fuimos a un partido cualquiera de los Fort Lauderdale Strikers. Pues, era de poco nivel. Pensaba que yo mismo podría hacer eso también. Entonces, al final del partido esperaba en el parking al general manager de los Strikers. ¡El tío se llevó un susto tremendo jajaja! Pensaba que le iba a robar. En fin, me dejaba participar en un entrenamiento de prueba. Y así fue. El legendario George Best también jugaba para los Strikers. Recuerdo que los entrenamientos eran muy físicos. Por ejemplo, debíamos andar en plan caballo y jinete a todo lo ancho del campo. Tres veces seguidas. Desafortunadamente, en el ‘77 no se hicieron tantas fotos como ahora, pero créeme, el Hennie Huigen de 21 años de la calle Schinkelstraat de Róterdam-Kralingen de hecho trajinaba sobre el campo de fútbol de los Fort Lauderdale Strikers llevando a cuestas a George Best jajaja…’

De vuelta en Róterdam su extraordinario viaje a los Estados Unidos había llamado la atención a nadie menos que el roterdamés de pura cepa Willem van ’t Wout, un empresario portuario de mucha influencia, fan prominente del Feyenoord y, además, comprometido con el club de fútbol Xerxes donde Hennie jugaba en ese momento:

‘”A una edad tan joven irse solo a los Estados Unidos. Tienes cojones chaval. Me gusta. Tengo un empleo para ti en Niref / Greendown Holland. Níquel. Es nuestro negocio. ¿Alguna vez has oído hablar de ello?” Así fue como entraba en el comercio del níquel. Empecé como jefe de hacer café, jefe de sala de correos, jefe de copiar jajaja. Factótum. Grumete. En Niref aprendí el oficio con mano dura. Nada de andarse con paños calientes. Era durísimo. Directo a lo roterdamés. Ya sabes.’

Es difícil de creer ahora en el 2021, pero en la manera de ser de Hennie no queda ni rastro de esa áspera educación y formación. Es la calma y amabilidad en persona, que dice no rehuir el uso de la mano dura en la empresa (“sólo cuando no queda otro remedio”) aunque prefiere llamarlo claridad. En casa es diferente. Llama a sus cuatro hijos su talón de Aquiles.

‘Tú y yo queremos intensamente la música de Bruce Springsteen. Primeramente, está su voz, su música naturalmente. Pero también como persona, Springsteen es una fuente de inspiración para mí. Como hijo… y como padre, como educador. Me parece tan simpático, tan accesible. Él también ha tenido un padre muy estricto que demostraba sus sentimientos de orgullo y amor de una manera, pues… peculiar. Él lo hace de otra manera con sus hijos. Yo también.’

(el texto continúa debajo de la cita)